domingo, 16 de septiembre de 2012

¿Sostenible o sustentable?


De cara a la elecciones que se avecinan, la campaña electoral se he vuelto más intensa. Los partidos políticos nos hacen llegar sus mensajes y sus propuestas de mil maneras, muchas veces de forma hueca y ruidosa, sin mucha sustancia. Gracias a Dios, se están escuchando nuevas voces con nuevas propuestas que plantean que otro Puerto Rico es posible. Algunas y algunos nos hablan, por ejemplo, de una economía sustentable. Pero ¿es sustentable el adjetivo apropiado?

De acuerdo con la Real Academia Española, el término sustentable se refiere a todo aquello "que se puede sustentar o defender con razones", mientras que sostenible tiene dos acepciones:

1.  Que se puede sostener. Opinión, situación sostenible. 


2. Especialmente en ecología y economía, que se puede mantener durante largo tiempo sin agotar los recursos o causar grave daño al medioambiente. Desarrollo, economía sostenible.

Y es a esta última acepción a la que hacen referencia los candidatos a puestos de Gobierno cuando utilizan el adjetivo. Es decir, que el desarrollo sostenible, la economía sostenible —es decir, una economía y un desarrollo que se pueden mantener por largo tiempo sin agotar los recursos y sin causar daño al ambiente—, son sustentables porque se pueden sustentar y defender con argumentos y razones. Y de las razones y los argumentos que permiten defender un desarrollo sostenible nos habla el Prof. Rafael Bernabe, candidato a gobernador por el Partido del Pueblo Trabajador, en su artículo una "Isla desechable": http://pptcarolina.blogspot.com/2012/09/isla-desechable.html.

Pero regresando a nuestro tema, hago una invitación a que permanezcamos abiertas y abiertos a las voces del pueblo, pues el tiempo y los hablantes decidirán si el adjetivo sustentable le ganará o no la batalla al adjetivo sostenible para referirnos a toda acción que vaya encaminada a desarrollarnos como país sin necesidad de destruirnos.


martes, 12 de junio de 2012

¿Español o castellano?


Otra vez: depende. Depende a qué nos referimos y desde dónde lo hacemos. Cuando consultamos el término castellano con el Diccionario panhispánico de dudas, notamos que nos remite al vocablo español. La Real Academia Española indica que el término español se refiere a la lengua hablada en América y en España por más de cuatrocientos millones de personas en todo el mundo. Es la designación con la que se le conoce en el ámbito internacional: Spanish (inglés), espagnol (francés), Spanisch (alemán), spagnolo (italiano).

Castellano por el contrario, se refiere “al dialecto románico nacido en el Reino de Castilla durante la Edad Media” y que dio origen a nuestro español actual. También hoy se llama castellano a la variante dialectal del español que se habla en Castilla. 

Cuando la lingüística habla de dialecto, se refiere a un “sistema lingüístico considerado con relación al grupo de los varios derivados de un tronco común”. Es decir, que el español o castellano fue, en algún momento, un dialecto con relación al latín, y hoy el castellano es un dialecto con relación al español, como lo son también el español de Venezuela o el de Puerto Rico.

Ahora bien, esa lengua que la América nuestra y el mundo entero llama español, en España se conoce como castellano. Dicho término lo utilizan españoles y españolas para designar la lengua común del Estado con relación las otras lenguas cooficiales en sus respectivos territorios autónomos, como el catalán, el gallego o el vasco. Seguramente porque son lenguas (excepto el vasco o euskera) que, como el castellano, derivaron del latín y fueron evolucionando junto a este en el mismo espacio geográfico peninsular. O bien porque se consideran todos hablantes de una lengua "española", por ser de España, aunque creo que muchos catalanes y vascos diferirán enormemente de esa idea, sobre todo los últimos.

 La Real Academia Española, aunque reconoce ambos términos como sinónimos, recomienda el uso del término español para referirse a esta hermosa lengua nuestra, de gran prestigio mundial —entre otras cosas, por su rica y reconocida literatura—, a la que hoy, una vez más, se intenta relegar a un segundo plano en nuestro deficiente y maltrecho sistema educativo nacional.

lunes, 28 de mayo de 2012

¿Dios te bendice o Dios te bendiga?

A Fray Gerardo Vargas ofm

Depende. Para poder responder la pregunta del título de este Kotodama, es necesario aclarar primero qué es el modo y cuáles son sus clasificaciones.

El modo en español manifiesta las diferentes actitudes que asume el hablante al expresar sus ideas y "el punto de vista que sostiene en relación con el contenido de lo que presenta o describe". (Amparo Morales y José Luis Vega, Gramática actual del español, 2011). El modo indicativo, por ejemplo, expresa una acción real como en Hoy escribo sobre el modo verbal. El modo imperativo se utiliza para dar un mandato o exhortar a alguien a hacer algo: Abre la puerta. El modo subjuntivo es más subjetivo y presenta la acción como posible; expresa duda, deseo, temor, etc., como en ¡Ojalá pase algo que te borre de pronto!.

Pues bien, cuando decimos Dios te bendice, estamos utilizando el modo indicativo, y con él expresamos una acción real, algo que es un hecho: la bendición de Dios en tu vida es real, es un hecho. Mientras que, cuando decimos Dios te bendiga, verbalizamos una oración desiderativa, es decir, expresamos a la otra persona nuestro deseo de que la bendición de Dios se derrame sobre ella. Y esto, para nosotras y nosotros los creyentes, además de una oración desiderativa, es una oración (esta vez, en el sentido teológico de plegaria) de intercesión por otro ser humano, una hermana o un hermano. Cuando digo Dios te bendiga, utilizando el modo subjuntivo, estoy orando por otra, por otro, y en mi oración —gramatical y teológica—, se manifiesta la dimensión comunitaria de la oración, tan importante para los creyentes, en especial para los cristianos católicos.

Ya sabes, si lo que deseas es informarle a otras y a otros que Dios, en su infinita misericordia, no deja de bendecirnos ni un minuto, dirás Dios te bendice, haciendo uso del modo indicativo. Pero si quieres ir más allá, y orar por alguien que amas o que lo necesita mucho, de manera especial o más que nunca, orarás por él o por ella, utilizando el modo subjuntivo, cuando digas: ¡Que Dios te bendiga!

martes, 3 de enero de 2012

¿Vídeo o video?

Con el asunto del video de la joven de Trujillo Alto, vuelve a resonar en mis oídos la voz esdrújula "vídeo". Con frecuencia, escucho en radio y televisión, a muchos y muchas animadores o periodistas utilizar la forma esdrújula de esta palabra. Confieso que me incomoda esta pronunciación que, aunque aceptada por la Academia, suena más a inglés que a español a mis oídos.

Publica el Diccionario panhispánico de dudas, en su versión cibernética, lo siguiente:

video o vídeo. ‘Cierto sistema de grabación y reproducción de imágenes’. Procedente del inglés video, se ha adaptado al español con dos acentuaciones, ambas válidas: la forma esdrújula vídeo [bídeo], que conserva la acentuación etimológica, es la única usada en España; en América, en cambio, se usa mayoritariamente la forma llana video [bidéo]. Cuando esta voz se emplea como elemento prefijo en la formación de compuestos, es átona y, por tanto, debe escribirse sin tilde ( tilde2, 4.1): videoconferencia, videoclub, videojuego.

Ambas formas, pues, están aceptadas y son legítimas. Seguirán en radio y televisión pronunciando la forma esdrújula, y yo seguiré escribiendo y pronunciando la forma llana, pues me parece mucho más cercana al español, sobre todo, al español de Nuestra América, y es la que todos y todas pronunciamos en las palabras compuestas citadas arriba. Y, como dice Serrat: "Cada loco con su tema, que contra gustos no hay ni puede haber disputa".