Me pregunta un gran amigo cuál es la diferencia entre halla y haya, y su uso casual; es decir, su uso lingüístico informal. (casual, en el contexto que él propone, es un calco semántico del inglés).
Pues bien, halla puede tener como sinónimo encuentra, puesto que es una conjugación del verbo hallar, cuyo significado, según el Diccionario de la Real Academia, es “dar con alguien o algo que se busca”. Así pues, yo le podría aconsejar, en un encuentro casual (ahora sí bien utilizado, pues aquí significa “por casualidad”), a un reflexivo anciano: “Halla la felicidad en aquella que da la victoria”. Que sería como indicarle: “Encuentra la felicidad en aquella que da la victoria”.
Por el contrario, cuando el verbo haber, al conjugarse en tiempos compuestos, se utiliza como verbo auxiliar que acompaña a un verbo principal, aparece el haya que le causa confusión a mi amigo y, como a él, a muchos más. Así pues, yo podría seguir dialogando con el reflexivo anciano y comentarle: “Cuando hayas llegado a tierras bárbaras, y hayas hallado la felicidad, confirmarás, una vez más, que ella da la victoria”.
Y hablando de tierras bárbaras, eso me recuerda que hay cierto barbarismo imperdonable y jamás aceptable en ningún registro lingüístico, ni formal ni informal, de ninguna variante del español: haiga (en pésima sustitución por el haya, del que hablaba en el párrafo anterior). Como dice mi buena amiga Charo: “Dígalo bien… que nada le cuesta”.